lunes, 22 de marzo de 2010

Rémoras / La flor del pensamiento, por Juan Manitta

La flor perdió su aroma
en el lúgubre pensamiento del ocaso
la noche encendida me despertó
entre telarañas blancas y negras

la alergia de la ciudad
se puso binoculares
y las jugadas se reiteran
en la calle de vapor

la luz de la mañana
al fin conquista la escena
y si agudiza el porvenir
es porque no se distrae

mientras tanto
alguien corre el colectivo
en alguna esquina

mi cerebro oxidado
permanece absorto
en la trampa de los pétalos

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